El violín es un instrumento musical de cuerda frotada, el más pequeño de la familia de
instrumentos de la misma índole. Se estima que fue creado en la Italia del siglo XVI a partir de la
evolución de otros dos instrumentos de cuerda frotada: la fídula y la lira da braccio. Sin embargo
esta información sólo está basada en hipótesis, ya que no se sabe a ciencia cierta si el
origen del violín
es occidental u oriental, debido a la falta de pruebas. Se trata de un instrumento de orquesta y
está íntimamente relacionado con la viola, el contrabajo y el violonchelo.
La estructura del violín se compone de dos piezas separadas. Por un lado está el
instrumento en sí y por otro el arco, con el que se tocan las cuerdas del mismo para producir el
sonido. La base del cuerpo del
violín
lo forman la tapa, el fondo y los aros, que se encuentran pegados formando una caja hueca. La
producción sonora del instrumento depende de dos elementos fundamentales del interior de la caja:
el alma y la barra armónica. Las cuerdas se sitúan por encima de la tapa y diapasón, y van desde el
cordal (parte inferior) hasta el clavijero, situado este junto a la voluta (parte superior). El
arco está compuesto por una cinta y una vara estrecha, normalmente de 74 centímetros de
longitud.
La forma de generar música con el violín consiste en presionar las cuerdas con
los dedos sobre el diapasón y al mismo tiempo frotarlas con el arco, produciendo así las notas
deseadas. Antiguamente las cuerdas de los
violines
estaban hechas de tripa, aunque con los años empezaron a hacerse de metal o de tripa entorchada con
aluminio, plata o acero. En la actualidad se han creado materiales sintéticos, que reúnen la
resistencia propia de los metales y la sonoridad de la tripa, derivada de su flexibilidad. La cinta
del arco está fabricada con crines de caballo o cerdas, mientras que el material de la vara ha sido
tradicionalmente la madera de pernambuco. Recientemente, sin embargo, se han empezado a utilizar
materiales compuestos como las fibras de vidrio o carbono. Mediante un tornillo que se aprieta y
afloja es posible controlar la tensión de las crines.
Los grandes constructores de violines provienen de Italia, de los siglos XVI y
XVII. Es el caso de Gasparo da Saló, Giovani Paolo Maggini, Andrea Amati,
Nicola Amati, Giuseppe Guarneri de Gesú y Antonio Stradivari. Este
último nombre da nombre a la
marca de violines
más famosa del mundo,
Stradivarius.
De las piezas que Stradivari construyó sólo se conservan alrededor de 600, cuando
originalmente había más de 1100. Es muy probable que muchas de estas piezas sean de
imitación.
El
violinista más famoso
de todos los tiempos es el compositor italiano Niccoló Paganini. Nació a finales del siglo
XVIII y la sociedad de la época proclamaba que para tocar de esa manera tendría que haber vendido
su alma al diablo. Se dice que en algunos de sus conciertos tocaba con cuerdas viejas de manera
intencionada para que alguna de estas se rompiera y demostrar que podía seguir tocando como si
nada. El rumor fue alimentado por el hecho de que solo viajaba de noche, con un carruaje tirado por
caballos negros.