Un violín eléctrico es un violín con una señal de salida electrónica. La principal
diferencia que presenta con los violines tradicionales es que el
violín eléctrico
no tiene caja de resonancia. Las cuerdas son generalmente de metal y al no existir la caja, las
vibraciones no se transforman en sonido de forma natural; son transformadas en señales eléctricas
por las llamadas pastillas, y estas en sonido mediante el amplificador. Es un sistema similar al
que utilizan las guitarras eléctricas o bajos eléctricos.
El aspecto de los violines eléctricos puede ser muy diferente del de los
tradicionales, ya que al no existir la necesidad de tener una caja de resonancia se pueden crear
todo tipo de diseños con cantidad de formas y colores. Normalmente se buscan de tipo
minimalistas, para mantener el peso lo más bajo posible. El material más utilizado para fabricar el
cuerpo de estos violines suele ser la fibra de carbono. En muchas ocasiones los violines eléctricos
presentan cinco e incluso seis cuerdas en lugar de las cuatro tradicionales. Esto es posible
debido a que el cuerpo es completamente sólido, capaz de mantener la tensión de más cuerdas que una
caja de resonancia clásica.
Las pastillas del violín eléctrico, al ser las cuerdas normalmente de
metal, son magnéticas o piezoeléctricas. Detectan las vibraciones generadas por las cuerdas en el
mango y en el cuerpo y las transforman en señales eléctricas. Algunos
violines eléctricos
tienen hasta dos por cuerda, situadas en el puente, justo debajo de estas. Estas señales son
transmitidas entonces al amplificador, que se encarga de reproducir el sonido. Puede ser
mediante reverberación, coros, distorsión o cualquier otro efecto; las múltiples opciones que tiene
el intérprete son una de las ventajas de los violines eléctricos.
La principal ventaja de los violines eléctricos, sin embargo, es el
potencial. El timbre generado por las cuerdas es crudo, pero tras la trasformación y salida por el
amplificador la potencia puede alcanzar cotas mucho más altas que los
violines
tradicionales. Es por ello que muchos
violinistas
y grupos de música los utilizan cuando tocan en espacios abiertos como campos de fútbol. En
recintos cerrados, sin embargo, la calidad del sonido es peor si se compara con la de un violín
tradicional.
El precio de los violines eléctricos suele ser menor que el de los
tradicionales, aunque también tienen rangos; se pueden encontrar violines desde poco dinero hasta
varios miles de euros. Los de calidad mínima exigible, en cambio, no suelen bajar de 500 euros. A
partir de 1000 euros ya hay violines eléctricos aptos para realizar grabaciones, mientras que si
superan los 2000 euros se tratan de modelos muy profesionales. La diferencia de precio entre los
distintos violines a partir de este nivel suele estar en los materiales o diseño, ya que la calidad
del sonido es similar. Influyen más en la imagen del ejecutor que en el resultado acústico en
sí.
Los
violinistas más famosos
del mundo suelen preferir los violines tradicionales, ya que normalmente tocan en espacios cerrados
y la calidad del sonido prima sobre la potencia. En cambio existen algunas excepciones, como por
ejemplo la de la violinista Vanessa Mae. La artista, nacida en Singapur, es la más ejecutora
de este tipo de instrumento más famosa del mundo.