Stradivarius es el nombre que se le da a una serie de instrumentos de cuerda construidos por
el luthier italiano Antonio Stradivari.
La forma latina del apellido italiano da nombre a algunas de las piezas
musicales más valiosas del mundo. El luthier de Cremona, nacido a mitad del siglo XVII, tuvo un
período de aprendizaje de doce años. Tras completar el mismo empezó a experimentar por su cuenta
con violines Amati, mejorando algunos detalles del mismo como el arco, el barnizado o el
espesor de las maderas. A la edad de 39 años comenzó a crear por cuenta propia los violines
Stradivarius
que terminarían siendo tan valiosos en la actualidad. Aunque el violín Stradivarius es la
pieza más cotizada, también creó arpas, guitarras, violas y violonchelos de gran prestigio.
Son varias las teorías sobre el origen de la calidad de estos instrumentos.
Entre los años 1645 y 1705 en Europa tuvo lugar el fenómeno meteorológico conocido como
mínimo de Maunder, que afectó a Europa con temperaturas anormalmente bajas. Durante
esos años se taló la madera que posteriormente iba a utilizar Stradivari, supuestamente mucho más
densa debido al frío. Se han intentado reproducir los
violines Stradivarius
a lo largo de los años, pero nunca se ha alcanzado la calidad que atesoran las piezas originales.
Este hecho se achaca por muchos expertos a la imposibilidad de imitar el mínimo de Maunder.
Corren sin embargo varias teorías y leyendas, como la de que la calidad es debida al barniz.
Todos los materiales que Stradivari utilizaba para crear sus instrumentos eran propios de Cremona.
Dicen que del barniz que utilizaba se conocen casi todos los elementos, a excepción de uno. Es solo
una teoría, ya que algunas de las piezas han sido rebarnizadas sin sufrir alteraciones en su
calidad acústica. Otra teoría afirma que la madera que utilizaba para
fabricar los violines
provenía de barcos hundidos, mientras que hay una más que asegura que la calidad viene del largo
período de secado de la madera (aunque ya se ha demostrado que no es cierto).
El luthier italiano fabricó en su totalidad más de 1100 instrumentos, de los que
se conservan cerca de 650. Muchos fabricantes han realizado imitaciones para tratar de venderlas al
precio de las piezas originales. Las mismas alcanzan cifras astronómicas: en 2005 se subastó un
violín Stradivarius
llamado Lady Tennant y se pagó por él más de dos millones de dólares. Al año siguiente, en
otra subasta el ejemplar Hammer le costó más de tres millones y medio a su nuevo dueño. Sin
embargo, la suma más alta pagada por un
violín
no corresponde a un Stradivarius sino a Vieuxtemps Guarneri, del luthier Giuseppe
Guarneri. Se pagaron por él 18 millones de dólares.
Los Stradivarius tienen inscritos, en todos sus ejemplares, la frase «Antonio
Stradivarius anno XXXX», siendo XXXX el año de fabricación de la pieza. Es una buena
forma de comprobar la autenticidad de los violines Stradivarius. Algunos de ellos se pueden
encontrar en colecciones públicas, como la del Patrimonio Nacional de España o la de la Biblioteca
del Congreso de Estados Unidos. Otros ejemplares pueden ser vistos en museos, mientras que el resto
pertenecen a coleccionistas privados o a
violinistas de fama mundial.